Muchas aflicciones pueden evitarse, si consideramos algunas como pruebas y otras como castigo. Algunas aflicciones son parte de la preparación que necesitaremos para realizar una tarea que Dios sabe que tiene para nosotros (inevitables/necesarias) mientras que otras aflicciones vienen como consecuencia de nuestros actos o pensamientos (evitables/castigos). Luego de salir de las aflicciones inevitables o necesarias, deberíamos sentirnos orgullosos y victoriosos, pero debería preocuparnos haber sufrido aquellas que son consecuencia de nuestras acciones (castigos), porque conviene aprender a evitarlas y no resulte que seamos de los que se dice que "perecen por falta de entendimiento". Imagine usted a su hijo celebrando porque resistió los azotes recibidos después de un mal comportamiento pero triste después de haber alcanzado una meta que le implicó muchos sacrificios. No tendría sentido ver a nuestros hijos haciendo eso, pero Dios mira a muchos de sus hijos haciendo algo así. Las opciones para aprender son sólo dos: "Por la buena o por la mala", con nuestra forma de pensar y de vivir, atraemos o podríamos provocarnos más aflicción de la que es inevitable. Está la opción de ser enseñados o enseñar a los nuestros a tener poco y a tener mucho. La otra opción es vivir justo con lo básico porque de lo contrario hacemos algo malo. Dios pone delante de nosotros la maldición y la bendición, luego nos dice que con nuestros actos elegimos una opción. Paz o aflicción?, usted decide cómo desea vivir.
Si el tema le interesa, este artículo incluye más reflexiones sobre la aflicción a la luz de las escrituras.
La aflicción es «inevitable» para todo ser humano, pero Dios no desea que permanezca en esa condición .
Cuando vengan tiempos difíciles, debemos estar seguros que tienen un propósito porque Dios tiene buenas intenciones para sus hijos. Especialmente para los que esperan en él.
Jeremías 29:11 Isaías 26:3
Como es normal, cada persona tiene una idea del «sufrimiento» y suele interpretar o hasta provocar lo que le acontece, de acuerdo a ella.
Job 3:25
Dios nos permite elegir y pone delante nuestro la bendición y la maldición, la vida y la muerte y nos invita a elegir.
Deuteronomio 11:26 Jeremías 21:8
Cada uno conoce sus debilidades y debe saber que otros no tienen las mismas, por eso leemos que el rey Salomón le pide a Dios sólo lo necesario, porque si tiene mucho se olvidará de él y si tiene poco, robará. Imagine usted lo que significa lo básico o lo mínimo para un rey y las riquezas que la escritura detalla que tuvo Salomón. Pero no es la única forma de ver las cosas, porque Pablo dice estar enseñado para tener poco y también para tener mucho, para estar saciado como para tener hambre y cierra que todo lo puede gracias a Dios. Entonces, cada uno debe decidir si pide como Salomón o como Pablo procura estar enseñado para todo y que no sufra limitaciones por temer que la abundancia le alejará de Dios.
Proverbios 30:7-9 Filipenses 4:11-13
Para mi, mientras más lejos, mejor. ( 1 Samuel 16:24 ) Hay muchas cosas, especialmente ésta de la «aflicción», por las que deberíamos pedir a Dios, no sólo en la medida de lo posible, sino más bien, apelando a su misericordia, que nos libre de necesitarlas para comprender algo que él nos quiera enseñar.
Daniel 10:12, Salmos 109.21
En la escritura encontraremos enseñanza sobre cómo sobrellevar la «aflicción», pero difícilmente encontraremos que nos enseñe a «desearla», «pedirla» ni «procurarla».
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