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¿Protestantes de qué?

La palabra protestante se utiliza como sinónimo de cristiano. Un sinónimo que surgió de quienes engañaban a las personas haciéndoles creer un evangelio diferente al descrito en la Biblia.

Cómodo resulta llamarle protestantes a los cristianos cuando no advierten que para ser protestantes deben estar protestando por algo. El nombre se originó cuando algunos católicos, aprovechando que a la iglesia católica no le fue posible asesinar a Lutero, empezaron a protestar junto con él, con Lutero, por aquellas prácticas o tradiciones de la iglesia católica que reñían contra la palabra inspirada por Dios y escrita en la Biblia. Sin embargo, los católicos que protestaron, pretendiendo que la iglesia católica erradicara esas cuestionables prácticas, terminaron convenciéndose de la infructuoso de su propósito y mientras procuraban la obediencia de la escritura, terminaron convirtiéndose en cristianos. La iglesia católica, como reacción a los cuestionamientos fundamentados que evidenciaban su conflicto con la palabra de Dios, se limitó a procurar justificación a sus prácticas y tradiciones, creando una serie de DOGMAS para respaldar sus tradiciones, olvidando que eso no engaña a los cristianos que reconocen como una autoridad incuestionable la palabra de Dios en la Biblia, porque resultó evidente, después del año 1,517 la proliferación de dogmas para justificar lo cuestionado por Lutero y a esta reacción se le llamó CONTRARREFORMA, pero, lo que es importante resaltar es que los protestantes dejaron de serlo y aquellos que debieron aprovechar la «crítica» para mejorar, sólo buscaron la forma de justificarse, demostrando su falta de respeto a la palabra de Dios y la inutilidad de las protestas de sus mismos antiguos creyentes.

Si el que predica el evangelio parece estar acusando a aquellos que están actuando en contra de las verdades de Dios, más acertado resultará llamar REBELDES a aquellos que en lugar de sujetarse a la voluntad de Dios escrita en la Biblia, prefieren permanecer e insistir en sus tradiciones, buscándoles justificación en inventadas revelaciones divinas que de haber sucedido harían que Dios se contradijera, lo que no es posible.

En lugar de que aquel que predica el evangelio le llame rebelde al que no se sujeta a la palabra de Dios cuando dice que lo está haciendo, resulta hasta cínico que se le llame PROTESTANTES a los que al predicar la palabra de Dios ponen en evidencia la corrupción doctrinal de la religión que prefiere sus tradiciones, dogmas y ritos, que la palabra de Dios: clara, objetiva, perfecta y buena para la salud de las almas.

Tan enraizado está el error que hasta los mismos cristianos han considerado como un sinónimo de «cristiano» la palabra «protestante». Pero si se trata de aceptar el catolicismo o la verdad de Dios, preferible es ser llamado protestante.

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