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Dios está accesible hasta para Satanás

El ser humano puede considerarse indigno de ser escuchado por Dios y estará en lo correcto al considerarse así, pero, es importante comprender que no es un requisito serlo. Dios nos escucha porque quiere hacerlo, no porque lo merezcamos, de igual manera, nos da las cosas que desea darnos porque es su deseo y no porque tengamos mérito alguno.

Dios está Accesible
El reino de los cielos se ha acercado a nosotros.

Debemos tener claro y presente que Satanás es considerado por Dios, como nuestro adversario y enemigo de nuestras almas. No es un digno enemigo de Dios, ni permanece porque Dios carezca del poder necesario para destruirle y, este enemigo del hombre, cegado por su deseo de engañar y provocar la condenación de las almas, se constituye en un filtro que atrapa y se lleva con sigo a los que cuestionan y pleitean con Dios, atribuyendo mala voluntad al creador y, por lo mismo, engañados por su propia rebeldía, desprecian la misericordia de Dios que les ofrece una morada eternal en su reino, donde los deleites son indescriptibles y, a total disposición de los que lo aman.   Aún así, Dios escucha hasta al mismo diablo.   Así lo declara la Biblia en los primeros capítulos del libro de Job.

Nadie sabe más de placeres y deleites que el mismo creador de ellos. No se dejen engañar creyendo que muchos de los mejores placeres de esta tierra son un aporte de Satanás para hacer más placentera esta vida y que muchos se lo pierden o «no pueden disfrutar» de ellos, cuando deciden obedecer a Dios: La verdad es que todos los placeres de esta tierra los concibió nuestro buen Dios y el enemigo del hombre, el engañador, no ha hecho otra cosa que corromper la forma de disfrutarlos y también introdujo ciertos vicios en forma de placeres para destruir la salud y acortar la vida de aquellos que caen en sus redes.

«Dios cree en nosotros», dicen algunos para animarnos a portarnos bien y ser «dignos» de esa confianza que Dios deposita en nosotros. No lo entiendo de esa forma. Dios es nuestro creador y nos hizo a su imagen y semejanza, declara la escritura inspirada por él mismo y de esa manera se entiende que él sabe del potencial que depositó en nosotros y que muchos, con su auxilio, resistirían la influencia del enemigo que nos impulsa a pleitear contra nuestro creador.

No importa cuán indigno se considere alguien, Dios atenderá su llamado.   Usted tiene toda la razón si se considera indigno de ser atendido por Dios, pero, resulta que no debe ser digno sino dignarse usted mismo a clamar por la misericordia de Dios y ella, sin lugar a dudas, le llegará.  Es bueno recordar el relato bíblico donde dos estaban orando y, mientras uno recordaba sus buenas obras como una credencial que convenía presentar ante Dios, el otro en cambio, con suma humildad pedía «Ten misericordia de mí Señor, que soy pecador» y, cómo se nos enseña que el que a Dios le agradó más fue aquel que reconocía su condición.

Esto lo escribí después de escuchar un mensaje que iniciaron leyendo la escritura que relata cómo se presentaron ante Dios sus hijos y entre ellos «satanás» y se indica que Dios le dirigió la palabra diciéndole «No has visto a mi siervo Job….»

Nosotros no somos dignos que nadie, pero la diferencia es que nosotros apelamos a la misericordia de Dios, mientras que otros consideran que no la necesitan.  Yo, el que escribe, más que cualquiera que lee estas palabras, reconozco que sólo por la maravillosa misericordia de Dios puedo acercarme a él, entendiendo que por el sacrificio de su amado hijo tengo esta opción.   Usted también la tiene, sin ser digno, porque Dios es bueno y está accesible para todos, así que, hay que buscarle mientras puede ser hallado y este es el momento.   Basta decir: «Aquí estoy, sin entender siquiera por qué, siendo indigno, tú me escucharás y sin que mi mente pueda formular la correcta petición de auxilio, tu Santo Espíritu escuchará el clamor de mi espíritu para que le des la vida que sólo en tí, sin excepción, se puede hallar»

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